En la cocina siciliana existen hasta el día de hoy, ingredientes y técnicas culinarias que reflejan civilizaciones tan antiguas como la griega, la romana y la árabe, así como las huellas de sus incontables invasiones. Se trata de una de las cocinas regionales más sofisticadas, llena de aromas y sabores, un arte por excelencia. El sabor siciliano apareció por primera vez en mi repertorio gastronómico gracias a las novelas de Andrea Camilleri.
Ya conocidas, en Italia y en otros países, las aventuras del comisario Montalbano (novelas y serie televisiva) ayudaron a divulgar varios aspectos de la sicilianidad, entre los cuales se encuentra su exquisita cocina. El comisario, Salvo Montalbano, simpático, un poquito nervioso, solitario, erudito, carismático, es sobre todo amante de la buena cocina, de la cocina siciliana por supuesto; y por esta razón, a lo largo de las líneas narrativas se pueden encontrar muchas referencias culinarias, incluso descripciones bastante detalladas de algunas preparaciones típicas.
Receta de Camilieri
He aquí el párrafo del texto original de la novela “Gli arancini di Montalbano” en versión española el libro tiene el título “La Nochevieja de Montalbano”, traducción de María Antonia Menini Pagès, donde aparece la receta de los arancini – croquetas de arroz:
“Adelina tardaba dos días enteros en prepararlos. Se sabía de memoria la receta. La víspera se prepara un estofado de ternera y carne de cerdo a partes iguales que tiene que cocer a fuego muy lento durante horas y horas con cebolla, tomate, apio, perejil y albahaca. Al día siguiente, se prepara un arroz, el que llaman a la milanesa […] se vierte todo sobre una mesa, se mezcla con los huevos y se deja enfriar. Entre tanto, se hierven los guisantes, se hace una besamel, se cortan en trocitos unas lonchas de salchichón y se mezcla todo con la carne estofada y triturada a mano con la tajadera […]. Al arroz se le añade el jugo de la carne. A continuación, se coge un poco, se coloca en la palma de la mano ahuecada, se le agrega una cucharada de la mezcla anterior y se cubre con un poco más de arroz para formar una albóndiga. Cada albóndiga se pasa por harina y después por clara de huevo y pan rallado. Luego, todos los arancini se echan en una sartén con aceite muy caliente y se fríen hasta que adquieren un color de oro viejo. […] “(Camilleri 1999: 206-207)
Los invito a que conozcan las peripecias de Montalbano, no solamente para poder, junto al comisario, resolver diferentes casos criminales, sino también para descubrir la hermosa Sicilia llena de colores y sabores
Así que siguiendo las huellas del protagonista de Camilleri logré encontrar, entre las páginas del libro manchado con salsa de jitomate, la inspiración para interpretar esa receta clásica siciliana de las croquetas de arroz.
